viernes, 19 de diciembre de 2008

¿Calidad o Cantidad?







“En Guayaquil está el software y en Quito el hardware”, fue la conclusión a la que llegó Gerardo Mosquera (crítico y curador cubano) al ver la exposición de X Andrade (antropólogo y artista ecuatoriano) sobre el arte que se desarrolla en Guayaquil, mejor dicho, en el ITAE, instituto del que X Andrade es profesor. El comentario fue emitido en torno a la exposición “Otro arte” que se exhibe en Quito.


Nadie respondió, pasmados nos quedamos luego de escuchar a Mosquera. Me pregunté, dónde se quedó ese orgullo del que tanto se jacta Quito como “capital cultural”? Era evidente. Todos estaban de acuerdo, todos habíamos escondido mojigatamente esa verdad durante mucho tiempo. Se produce, hay museos, exposiciones, música, danza, teatro, cine, etc. Si nos remitimos a las palabras de Mosquera; solo es cantidad y nada de calidad. Y es que todas estas manifestaciones están cobijadas por el cálido manto de la Institución, solo es arte institucionalizado, acomodado y moderado. El municipio y su “desinteresado apoyo a la cultura” gestiona, apoya y promueve eventos culturales como reinas de Quito, eventos que tienen calificación A; aptos para todo público. No es que esté en contra de que un niño con su trajecito de spiderman vaya acompañado de su papá con camiseta de la liga en un paseo dominical por los palacetes municipales, (de hecho una de mis acomodadas obras se expone en el centro cultural Itchimbía) Pero querer clasificar, ordenar e institucionalizarlo todo para “culturizar” a la comunidad es darle circo al pueblo. Eventos que en su origen fueron irreverentes como Al Zur-ich o el Quitu Raymi terminan siendo fiesta popular con banda de pueblo y canelazo.

Se supone que en Guayaquil es diferente. Debido que a la institución municipal poco o nada le importa la “cultura”, las manifestaciones artísticas resultan contestatarias, irreverentes y políticamente “incorrectas”, es decir, espontáneas. Ése es el arte que el ITAE produce, al menos así lo dio a entender X Andrade, un arte producto de la investigación sociológica y antropológica, un arte que no se aísla de su contexto, un arte que mira a la ciudad, cuyo lienzo son sus calles y su color las ideas.

Fuera del ITAE culturalmente siempre vi a Guayaquil como una ciudad extremadamente conservadora, dispuesta a erigir monumentos a León Fébres Cordero a manera de ídolo santificado, y hacer penitencia pública por cualquier derrota del Barcelona, pero al mismo tiempo una ciudad con el candor de un niño que está atenta y asimila cualquier chirriante suceso que la moda imponga.
Entonces ¿el ITAE representa a Guayaquil?, o tan solo es la visión crítica de una sola escuela que al parecer tiene cierta “fijación” con la “Renovación Urbana” de la ciudad. (Es verdad que alguna voz tenía que levantarse, y qué mejor que sea la de los artistas, ante tal derroche en cosmética urbana para propaganda social-cristiana, pero también es verdad que Guayaquil no solo es el Malecón.) Una escuela, en la que al parecer se mantiene una productiva y rigurosa competencia intelectual, pero su investigación antropológica, su acercamiento a la ciudad, sus intervenciones en ésta me parecen postizas y falsas.
Al ver la reacción del público, del hombre de a pie ante algunas obras del ITAE se delata la falta de interés del artista hacia el ciudadano común. Y es que su receptor, su público no está en las calles como parecería, sino en las aulas de su propia escuela, son sus compañeros con quienes compite y son sus profesores con quienes se prueba. No son los ciudadanos de Guayaquil.
Como extraterrestres observan desde las alturas la ciudad, luego se infiltran entre sus habitantes, se confunden con ellos y toman muestras. Después regresan a su escuela, a su nave nodriza y hacen arte.

Éste instituto es solo una parte de Guayaquil, de una ciudad fragmentada, contrastada y compleja. Como lo es también Quito, en la que las partes no pueden representar el todo.
Es con esa variedad y complejidad con la que me quedo, con el canelazo y la banda de pueblo, con las reinitas y los extraterrestres. Es decir, con la cantidad.
Fotos: cortesia Mayra Avila

lunes, 15 de diciembre de 2008

La gente que me gusta

"Primero que todo

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.

Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar...."
Mario Benedetti

sábado, 4 de octubre de 2008

Cinema Yorugua



El Baño del Papa (Uruguay, 2006)
Directores: Cesar Charlone, Enrique Fernández.

Me fui al cine a ver una película uruguaya. Cine poco conocido, poco usual. El Uruguay es un país muy parecido a la Argentina. Montevideo y Buenos Aires son 2 grandes metrópolis que parecieran una misma ciudad dividida por una línea borrosa llamada Rio de La Plata. El acento es muy similar, solo entre ellos se reconocen, un solo individuo rioplatense que no pertenece a ningún lugar en particular. Pero, la realidad de este ser cosmopolita es la contracara del individuo que vive en los sectores rurales. La ciudad de Melo en particular, un pueblo apartado en el interior del Uruguay, cerca de la frontera con Brasil, reúne muchos rasgos pintorescos y ajenos a las grandes ciudades. Una suerte de retrato costumbrista de la sociedad sudamericana. Alli en Melo, Beto y Nacente son dos amigos que viven llenos de carencias y austeridades y su modo de supervivencia consiste en pasar ilegalmente de frontera a frontera, víveres y abarrotes de contrabando.
La simpleza de la gente, sus expectativas y su manera de vivir es tan elemental y simple que no pareciera que necesitase de mucho dinero. Hasta que un día, al pueblo de Melo llega un evento que trastorna la vida de todos. Recibe una bendición del cielo, el Papa Juan Pablo II los visitará. Parece que Dios se decidió a cambiar la historia de sus habitantes y les envía a su representante en la tierra. Una bendición para sus almas (o para sus billeteras). La mayoría está convencida de que todos los brasileros y uruguayos llenaran el pueblo y se alistan con cientos de locales de comida, souvenirs y golosinas. Cada habitante esta empecinado y convencido de que Dios tiene que salvarlos..sino cuando? Pero la idea más brillante de todas la tiene Beto, de poner una letrina cerca del gran evento, para que la gente luego de comer y beber haga lo suyo. Ahora, el desenlace es muy conmovedor. Basta con ver a un hombre a toda velocidad en su bicicleta cargando un inodoro.
Pero mucho mejor que eso es preguntarse: el tema de poner particularmente una letrina, simboliza que algo debe ser expulsado o exorcizado? Un asunto de limpieza interna antes de recibir la comunión. Y solo Beto lo ve? La idea es que Dios es el único que puede hacer milagros, y rara vez se acuerda de los pobres. La realidad terrenal es que la gente necesita que se le alimente primero el estomago antes que el alma. La reacción de los habitantes de Melo es contundente y pone en juego sus creencias.
Todo esto me recuerda el domingo anterior cuando fui a votar, y vi la gran cantidad de vendedores ambulantes que estaban a la salida de los recintos electorales, aprovechando el evento y esperando llenar el estomago del confundido votante. A diferencia de los vendedores de Melo, ellos SI tienen que agrader al Mesías, por darles la oportunidad de seguir subsistiendo.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Prologo y Epilogo


Necesidad de colonizar el espacio. Hacer negocio con la construcción. Expandir la ciudad hacia los polos. Reemplazar un bosque de eucaliptos por bosque de concreto. Un árbol que no necesita regarse. Hojas que no se mecen con el viento. Extinción de focos verdes de la ciudad. Jornadas interminables de trabajo. Centenares de gente arrimando el hombro. Cooperación inexplicable. Inteligencia, decisión, errores, rabia. Objetivo ajeno tomado como propio.
Protagonista =el albañil. Paradoja viviente de la sociedad. Madruga siempre pero nadie no lo ayuda. Ladrillo sobre ladrillo. Otro dia otra pared. Motivo de su trabajo=Quincena de pago.
Dinero=alcohol=alegría=olvido. Felicidad. No se distingue nada. Instante vivido es similar al anterior. Y el anterior al anterior. Colección de fantasmagorías. Mezcla de realidad. Sueño. No existe lugar ni tiempo. Trabajo=vida=obsesión. Búsqueda de actividades distintas.
Nuevas sensaciones. Resultado fallido.
Casa=trayecto=trabajo=trayecto=Casa. Trabajo lo ocupa todo. La casa ya está levantada. Fin del proyecto. Entrega del producto. Alegría en la gente. Sueño realizado. Collage de sensaciones. Realización. Desazón. Hastío. Amor. Cansancio. Nostalgia. La caja de cemento no hace pensar de manera diferente. Epílogo. Creación de un pedazo más de turbia ciudad. Mirada perdida en el horizonte. Búsqueda. Hallazgo de otro pedazo de tierra. Gente clamando por techo. Necesidad de colonizar el espacio. Hacer negocio con la construcción. Comienza el ciclo de nuevo.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Ni uno menos


Ni uno menos, un filme de Zhang Yimou, nos muestra un paisaje desolador de un pueblo rural de la China. Abandonados parecen los habitantes que transitan en este paraje. Polvo, viento, desierto, elementos que contrastan con la inocencia y vitalidad de los niños de la pequeña escuela. Wei Minzhi, una niña de trece años, es profesora de reemplazo, pues el maestro titular tiene que ir a cuidar a su madre enferma por un mes. El maestro le dice que no quiere ni un niño menos en su clase cuando vuelva, si ella cumple, le pagará lo acordado. El conflicto del filme se establece cuando uno de los niños, el más rebelde, es mandado por su madre a la ciudad a trabajar para coseguir dinero. La pequeña profesora desesperada emprende un viaje hacia la urbe. Nuevamente el espacio adquiere fuerza, ya no es el campo sino una ciudad despiadada donde tanto el niño como su profesora se ven vulnerables ante una especie de monstruo gigante. La pequeña voluntad de Wei Minzhi se ve imposible ante una sociedad hostil que desprecia su inocencia, su fragilidad poética, que ha hecho que el público se encariñe con ella.
Todo se reduce a transacciones: dinero para el pasaje, para pagarle a la muchacha que viajó con el niño, para comprar papel para poner carteles, identificación para entrar al canal de televisión. Wei Minzhi, como personaje, se contruye de la perseverancia. No renuncia a sus deseos e insiste despreciando el hambre, el dinero, la hostilidad, como si no comprendiera el funcionamiento del mundo moderno, como si su cara infantil bastara para ganarse al mundo. Y de hecho lo logra. Logra que el mundo se compadezca de su situación y la de su alumno y todo llegue a un final feliz.
Insisto en las transaciones de un mundo material, que parece no ser importante, sin embargo, el director parece dar un mensaje: el mundo basado en lo material es el que funciona. El canal de televisión les regala tiza (antes tenían a penas una tiza diaria) y dinero para la escuela, lo que permite que cada uno de los niños escriban una palabra con un color diferente. Al verse sin dinero para el viaje, la maestra organiza a los niños ára trabajar mmoviendo ladrillos; con el dinero que les sobra, la pequeña maestra compra a los niños dos latas de cocacola. Todos la prueban con asombro y con generosidad. Hermosa escena, aunque muy "significativa". La aldea descubre poco a poco un mundo capitalista, representado por una ciudad abrumadora y hosca pero que mediante la "perseverancia" (representada por la Wei Minzhi) abre sus puertas a un mundo mágico, material, el mundo de los colores. No el de un gobierno comunista que está representado por el atraso y el paisaje agreste del campo, o por una burocracia intransigente (la recepcionista del canal). Es muy clara la posición del director ante la política de su país.
Más allá de que si uno esté de acuerdo o no con esta posición, el filme está cargado de poesía en imágenes. Los personajes están construidos desde la ingenuidad y la espontaneidad; la fragilidad se vuelve fuerza ante los espacios endurecidos. En conclusión, la manera de presentar la perspectiva del mundo que le tocó vivir al director, está justificada en cuanto logra una poética. Los personajes logran tocar el corazón del público que siente con ellos.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Llamada

Todo empezó esta misma tarde cuando sonó el teléfono; contesté… estaba contento de que me haya llamado; siempre me ha gustado escuchar su cálida y agradable voz, pero hoy, sin embargo, no era la misma; su voz había cambiado y sus comentarios fueron agrestes. Por un momento pensé que estaba hablando con otra persona, pero no. Era ella.
“¡Eres un al huevo mala gente!” gritó. No supe que contestar.
“¿Por qué ya no quieres verme?” preguntó. “¡Di que no quieres verme!” continuó.
Balbuceé algo sin sentido, trate de explicarle…, pero ella, sin escucharme dijo “¡chao!”, y luego nada, se había ido.

sábado, 26 de julio de 2008

¡Viva la patria!


Qué risa
Qué risa todos
Qué risa todos lloraban
(Tríptico)
Novela corta o cuento largo del escritor Huilo Ruales. La caricatura es exagerar o hacer énfasis en ciertas caracteríticas de un individuo para agrandar sus defectos. Mientras que la parodia es tomar un tema o un personaje y cambiarlo de contexto para ridiculizarlo. Se exaltan por ejemplos aspectos débiles de obras literarias o de situaciones presentes o históricas. Para lograr la parodia también es común cambiar la perspectiva desde donde se mira cierta situación. Dentro de la novela corta de Ruales, existe un apartado que se llama "24 de mayo". El narrador es un adolescente que vive el desfile del 24 de mayo como una tortura. Encima le toca en suerte ser abanderado, eso significa desfilar bajo una sol insoportable con una bandera tan pesada que Abdón Calderón con ella no hubiese llegado ni siquiera a Toctiuco, dice el personaje. El profesor de educación física es el que desde el comienzo del año escolar prepara a los alumnos para este gran evento (tortura que dura todo el año, mejor hubiese sido pasar el 24 de mayo a octubre, así la preparación hubiese durado mucho menos). Ruales logra muchas veces caricaturizar a los personajes sólo por sus nombres; a este profesor le llaman Marisacal Bolívar Jurado, tiene patillas y cara de prócer, pero de héroe no tiene nada más, pues es superficial y hace que la fecha patriótica quede en el mero desfile mediante un fuerte espíritu militar venido a menos (si alguna vez ese espíritu estuvo a más). Este autor ecuatoriano, en este relato, maneja muy bien estos dos recursos literarios: caricatura y parodia. Y bueno, sacando un poco de contexto literario al texto, cosa que no suelo hacer, se cuestiona el uso de los símbolos patrios en la actualidad. Es decir, qué función tienen, será que han quedado en desfiles escolares con cachiporreras (única verdadera atracción del evento) por la Shyris.
Mientras la bandera de Estados Unidos flamea en Medio Oriente (o en las camisetas de algunos despistados latinoamericanos), soldados de ambas partes mueren y mueren; y en Norte América un montón de gringos se sienten muy orgullosos de la libertad que su bandera representa. La libertad supongo de ir al supermercado y poder escoger entre un montón de marcas. En Ecuador es otra historia (nuevamente supongo). En los últimos años la bandera ha sido utilizada como un logo del sentimiento ecuatoriano; mientras más se desarrolla la cultura de la imagen parece que las banderas y escudos adquieren más valor. El gobierno actual parece que intenta resurgir ese sentido patriótico a través de imágenes (no mencionemos el caso Tania Hermida). Si bien no todos podemos estar de acuerdo con todo lo que hace nuestro "querido" señor presidente, se ve que alguien está realmente trabajando por un proyecto del país, más allá de TODA la publicidad que se hace y el uso de la bandera, del himno cantado a capela y los discursos pomposos. Más allá también de la imagen histórica de Eloy Alfaro, ahora alguien está haciendo algo, justamente para que luego no hayan contradicciones de guerras y supuestas libertades con el respaldo de un símbolo que finalmente puede ser manipulado. Apoyo la forma de escribir de Ruales porque si bien es una crítica a toda la vacuidad de una sistema escolar autoritario, nos enseña a reirnos de nosotros mismos. No a reirse con el chiste que alude a lo escatológico o sexual (como parece que se está poniendo de moda en cierto teatro de Guayaquil), sino a un humor inteligente, sarcástico, negro, perverso. En fin, es el placer de sentir escapar una leve sonrisa pero que por dentro te estás cagando de risa. Hacer literatura (o cualquier tipo de arte, deporte, proyecto de corazón) es hacer Ecuador.

jueves, 24 de julio de 2008

Touch Castro

Robin Hood ya ha repartido todas las riquezas arrebatadas. En un principio los pobres estaban contentos y aullaban de felicidad en cada esquina del bosque. Poco tiempo después comprendieron que el gran bandolero de Sherwood sólo sabía redistribuir la riqueza, pero no crearla.”

Así comienza una entrada en el blog GENERACIONY de Yoani Sánchez, una chica cubana ganadora del Premio Ortega y Gasset 2008 al Periodismo Digital. Gran talento de la periodista virtual, pero lo curioso es que el Gobierno de Cuba se niega a que su autora reciba este merecido reconocimiento.

Yoani María Sánchez es Licenciada en Filología. Reside en La Habana y combina su pasión por la informática con su trabajo en el Portal Desde Cuba especializada en la literatura latinoamericana contemporánea. Su tesis de grado titula “Palabras bajo presión”. En el 2002 el desencanto y la asfixia económica la llevaron Suiza por 2 años. Pero no vamos a ocuparnos en saber demasiado quien es esa chica, sino mas bien ver qué le sucede, qué escribe, hallar el motor de sus metáforas.

En una nota sobre ella en un periódico de Quito, sugería el blog
http://www.desdecuba.com/generaciony , donde sorpresivamente se encuentran un promedio de 2800 comentarios por entrada. Toda una marca para un blog con textos pequeños, muy comunicables y fáciles de decodificar. El país de proveniencia es lo que motiva esta concurrencia: Cuba, precisamente en La Habana, donde sólo existen 2 cibercafés en toda la ciudad, a un costo moderado de 10 USD la hora aproximadamente (1/3 del salario mínimo vital) gracias al bloqueo que sufre este país.

En una nota llamada el Reino de Adidas, escribe que existe una tienda ubicada en La Habana, en El Vedado, que vende indumentaria de esta famosa marca, relata que la gente cubana común gasta sus salarios completos en vestirse con estas prendas, sin pensar en que tendrán que comer al día siguiente. En la nota, ella se muestra asombrada como una amiga le brinda a fumarse un Marlboro, mientras flamea orgullosamente su cabello olor l shampoo L´Oreal.

La mayoría de entradas de la autora a su blog no las puede hacer ella directamente, porque en Cuba se encuentra bloqueado su sitio en los servidores locales. Logra hacerlo enviando sus notas al email de sus amigos en otros países, para que ellos las publiquen. Una mentira contada cien veces se convierte en una verdad. Similar acá, donde todo mundo hace hincapié que se comienzan a respirar los aires comunistas. Hasta hace poco la Asamblea Constituyente derogaba una ley en la que se instituía la figura del fisgón, el soplón que informa al Gobierno quién hace compaña en contra suya, para reprimirlo. Por ahora, la libertad de pensamiento es un recurso con el que todavía se puede contar por estas tierras. No obstante, las insatisfacciones humanas siempre persistirán, con o sin revolución. El ciudadano ecuatoriano común se enfrenta a la misma batalla que el ciudadano cubano, pero con menos armas, al conseguir individualmente sus recursos para alimentar a su familia, darles educación a sus hijos y atención médica; cosas que en Cuba por derecho y prioridad todo ciudadano de cualquier condición las tiene.

La esencia de Yoani Sánchez: una blogger con los ojos vendados, remando como balsera en el mar infinito; pero con ganas de seguir haciendo remezón, o como ella misma lo define: “no hay nada que me resulte más atractivo que aquello que se me impide hacer.” Sus escritos definen el oficio de escritor: firmeza en sus objetivos, desdoblarse una y otra vez, vivir bajo presión, ir hasta el límite de sí mismo.

Arriesgarse a perder algo para obtener algo.


jueves, 17 de julio de 2008

El número de Dios

Hay quienes necesitan conocerlo todo, conocer el origen, conocer el universo y para hacerlo su mejor aliada es la matemática. 3,1415926... “Fe en el caos” (1998) de Darren Aronofsky nos cuenta la historia de uno de ellos, quien está convencido que el universo que nos rodea está hecho de números. Sus investigaciones, desarrolladas en la soledad y el anonimato de un paranoico, pertenecen al mundo de lo intangible, de lo abstracto y virtual de los números. Estos lo llevarán a encontrarse con problemas más mundanos...
La complejidad del tema tratado por la película solo pudo abordarse por medio de símbolos, los mismos que reiteradamente aparecen en el film, dándonos ciertas pautas que nos ayudan a apreciar una obra que roza lo surrealista:

En blanco y negro. La película realizada en blanco y negro nos insinúa el aspecto esencial de la misma: los polos opuestos de la condición humana.
La necesidad de conocer la luz, la verdad, de descifrar el sentido de la existencia, de rozar ese destello de absoluto… En contraposición: por su propia condición el hombre nunca podrá acercarse siquiera un poco a esa verdad absoluta. Entonces se sabe insignificante, sumido en la ignorancia, encerrado en la oscuridad de una existencia limitada e indescifrable.
La película se desarrolla en ese marco simbólico, así como el espíritu humano se debate oscilando entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad, entre lo material y lo espiritual (estos dos aspectos, caracterizados por los representantes del comercio y la religión que en el film hostigan al matemático), entre lo blanco y lo negro.

La hormiga. Representa al hombre en toda su condición de animal pequeño, empecinado en su trabajo, que no se rinde, que continúa, que avanza; a pesar de encontrarse en un mundo que no entiende, que lo supera, que lo sobrepasa. No importa cuanto trabaje, la “naturaleza” puede eliminarlo de manera tan fácil como aplastar con un dedo a una hormiga.

El árbol. Representa la tentación del conocimiento, se lo muestra siempre cerca de la luz, a un paso de ella; hay que elevar la vista para ver el árbol y hay que elevar la vista para ver la luz. Es ese árbol de la mitología cristiana, el del fruto prohibido, es el árbol de la sabiduría. Una ves que el hombre prueba su fruto, toma con-ciencia. Es expulsado de ese paraíso, de esa felicidad: esa confortable oscuridad que solo la ignorancia puede brindarnos.

El cerebro. Es el medio, el instrumento del hombre, su propio espíritu. Es por él que se puede llegar a la luz, al conocimiento. También es él quien nos hace caer en cuenta de nuestra limitación. Es por él que somos concientes de nosotros mismos, de nuestra condición, gracias a él sabemos que dejamos atrás el paraíso y por él nos sabemos infelices. Hay una escena en la película en que se lo presiona con un lápiz (símbolo e instrumento de la técnica), entonces se aprecia un destello de luz; solo presionándolo se puede llegar al conocimiento. Es el hombre mismo, es la “materia gris” en el justo medio del blanco y del negro.

La espiral. Es el 3,1415926… es el infinito; el hombre querrá conocerlo, aprehenderlo, recorrerlo, es su necesidad, es su naturaleza, es su deseo.
Se presenta en todas las cosas, esta en todas partes, desde el humo del café hasta una constelación. Al mismo tiempo se encuentra cerca y lejos del hombre, fuera y dentro de él. Es Dios.

jueves, 10 de julio de 2008

FLORES ROTAS de Jim Jarmush

Vamos a cerrar los ojos e imaginar: estamos ya bien entrada en una vida madura, nuestro pelo se puso blanco hace ya mucho dejando atrás aquellos días de juventud rodeado de las mujeres que uno quiso tener cuando quiso tenerlas… hemos tenido una vida económicamente exitosa, no nos podemos quejar, todo funciona bien a nuestro alrededor de la forma en la que ha funcionado durante años, no ha sido problema para nadie, o eso creemos….

Don Johnston es este personaje al que su novia lo ha dejado porque todavía tiene miedo a una relación seria, quiere pero no se entrega, y vaya que ha querido en su vida: un día le llega por correo una carta anónima rosada que le indica que hace diecinueve años, de una aventura amorosa ha nacido un hijo suyo intrépido, inteligente y curioso que se le ha metido entre ceja y ceja conocer a su padre biológico. Don se encuentra en un dilema porque este acontecimiento es perturbador para su modo de vida. Alentado por su vecino y amigo Winston (un etiope fascinado por las novelas detectivescas) emprende un viaje hacia su pasado, hacia veinte años atrás, el problema es que no se sabe de quien de sus aventuras ha nacido su hijo.

El éxito de esta película se basa en dos pilares fundamentales, primero: es un filme de Jim Jarmush un director estadounidense independiente, de gran renombre y conocido por sus películas nada ortodoxas, ni en su trama ni su forma, el director ha logrado hacer de esta una película inteligente llena de profundidad, y fría, y en esta frialdad es donde se sustenta también el filme con su segundo pilar: Bill Murray, un gran actor que ya tiempo atrás dejó las comedias para dedicarse a los dramas con gran éxito, y es en esta película donde mejor se lo puede apreciar, dando vida a un personaje que no la tiene.

Jarmush logra una narrativa ejemplar pues si bien es cierto las películas de carreteras no son nada nuevas, lo es la impecable forma de plantearlas, primero al hacer que el personaje viaje solo y nunca acompañado como en otras (por no decir todas) películas de este género, haciendo de este un viaje introspectivo y metafórico de su pasado; sus trajes siempre iguales para las mismas situaciones pero en distintos colores como una vida monótona, una vida que no quiere que sea cambiada, una seguridad que se ve puede ser desmoronada en cuestión de minutos cuando menos lo esperes. Los planos secuenciales largos y lentos que nos adentra en el pensamiento de un personaje que ve un largo camino por recorrer, el camino de su vida.

“Flores Rotas” no son solo referencias simbólicas, sino es vida pero depende del cristal como lo mires, talvez si miras a una planta por horas o días no lograras encontrar un cambio, pero lo hay, esta es talvez una historia mucho mas real de lo que parezca pues como las flores lo que a nosotros nos parezca lento o sin vida para una y solo una persona es un despertar de un largo y profundo sueño… sus antiguas amantes lo demuestran: sus vidas han sido cambiadas mucho tiempo atrás pero para Don Johnston (no es coincidencia que en su vida sea un don Juan) su despertar toma tiempo, un tiempo relativo, para Don es tan brusco que lo pone frente a una crisis existencial, producto de una vida inafectiva, solitaria, que lo impulsa a cambiar pero sin un rumbo ni guía, todo esto magistralmente retratado en un travelling circular por los caminos para terminar en un Don Johnston solitario y perdido. Cuando es tiempo de cambiar que necesitamos para que nos demos cuenta de que la vida no es de la manera que creemos es y que lo que esta frente a nosotros es solo el reflejo ilusorio de un mundo de posibilidades infinitas. Me pregunto: nos adaptamos a la vida o la vida nos adapta?


jueves, 3 de julio de 2008

Campeon de la Copa Libertadores

Vuela al Estadio Azteca de México, al Nuevo Gasómetro de Buenos Aires, el Macarana de Rió de Janeiro, al Estadio Único de La Plata, el Defensores del Chaco de Asunción, La Casa Blanca de Quito… templos del fútbol que hacen temblar a cualquiera. Ponte de corto y salta a la cancha para sentir la presión de jugar en un estadio de 90000 gentes. Entrega mal la pelota y siente como te silban, te insultan, siéntete morir cuando te sacan un lateral y te clavan un gol. Muérete cuando tienes que recoger la pelota del fondo del arco y ponerla en la mitad otra vez. Mueve la pelota, juega y gánales a los brasileros y gana la copa libertadores por primera vez.

El maravilloso trofeo de la Copa Libertadores de América, el que todos quieren levantar, el que siempre quise ganar, el que lo alzaron los mejores clubes del mundo...ahora es mio...2 de julio de 2008...gracias Liga. Ahora necesito alguien que sepa japones!.. Hay alguien?.. Vamos a Japon a jugar el Mundial de Clubes y desafiar ahora al Manchester United.

Salud Campeones! Para todos los Contreras va la copa. Le espero en la pileta de U Central Sra. Carrasco para abrazarnos y gritar Liga Campeon!.

viernes, 27 de junio de 2008

Vida: muñeca de trapo


¿Han pensado que Toy story puede ser realmente aterrador? Pensar que el giagoe que tenías o la barbie despeinada, se levantan cuando no estás, como fantasmas, y son marionetas representando a alguien más. Algo que no tiene vida y que surge como por generación instantánea. O qué tal si todos somos muñecos y vivimos en una especie de maqueta de un dios gigante que puede manejarnos como marionetas. ¿No se han dado cuenta que son de plástico o, si son más viejitos, de lata o de trapo? El cuento de Huilo Ruales fetiche y fantoche desarrolla más o menos esta idea. La chela, así con minúscula, como si fuera una cerveza, es la mujer más hermosa del mundo. Algo inimaginable: los hombres del pueblo se enamoran como perros en celo ante tanta belleza. Ella tiene 13 años, niña. Su padre la encierra durante toda la vida para evitar más desgracias, porque los hombres se suicidan ante ella, ante la santa, la divina, la estrella. Este encierro es el encierro en la niñez, como una cáscara de la que nunca podrá salir, pues para la chela está prohibido crecer. Si creciera, con ella crecería su hermosura. Es la princesa encerrada en la torre. El tiempo pasa y la olvidan. Llega la sequía para acabar con el pueblo y ella sale: arrugada, con el ojo caído (como descosido), despeinada. En fin, aferrada a sus muñecas, a su reflejo en muñeca, que es la chelita, de porcelana pero tuerta. Ella ha creado un mundo de muñecas donde el tiempo las envejece, como ha ella, pero la niñez persiste. Lo viejo y la niñez se unen de forma macabra en este personaje esperpéntico y grotesco. Sólo quedan dos habitantes en el pueblo: la chela y el fantoche, que es el narrador. Él descubrirá lo que ha hecho esta niña, inocente, pero bruja, con todo Ríoseco. Muñecos, muñecos tuertos, viejos.
Ésta es más o menos una síntesis (no he querido hacer ningún análisis por cansancio y porque sólo la trama de este texto tiene mucha poesía) de este cuento de Huilo Ruales, escritor ibarreño, que reside en Francia. Su literatura es representante de lo que se está escribiendo en la actualidad, su obra más o menos comienza en los ochenta y continúa hasta la actualidad. Sus personajes son parias, vagabundos, prostitutas, lo más feo de la sociedad; y sin embargo, he ahí la paradoja del arte, son bellos, te llegan al alma. No puedo dejar de leer fetiche y fantoche sin espeluznarme y llorar por la desgracia de la chela, del tarzán, de todo Ríoseco. Del pobre fantochito.

martes, 24 de junio de 2008

jueves, 19 de junio de 2008

La Escuela del Espectador y All about Eve


El martes pasado en el Ocho y Medio de La Floresta, se realizó un evento más de lo que es la Escuela del Espectador. Aunque se llama escuela nadie enseña a nadie sino que más bien se trata de aprender de todos. Este proyecto consiste en que se ve una película u obra de teatro(por un precio módico de $2 que incluye la revista El Apuntador) y al final un moderador dirige una discusión en la que el público puede participar sobre lo que se ha visto. La idea es que la gente que ve cine y teatro se convierta en un público con opinión para que se creen diálogos que ayuden tanto a los presentadores del espectáculo (en el caso del teatro) como al público. El martes pasado se presentó All about Eve de Mankiewicz, clásico del cine del año 50. Realmente, yo me quedé sin habla porque es una intriga sobre lo que pasa tras escena en el teatro y nada más. Sin embargo, me gustaría un poco resumir lo que dijo el moderador, León Sierra, después de la función. Se habló sobre la voz, sobre los diálogos, donde cada palabra se convierte, en el teatro y en este caso, en el cine, en una acción y en un peso significativo. Sierra citó al poema de Borges, que no recuerdo literalmente, que dice que la palabra Nilo contiene al Nilo entero en ella. Se habló también de la relación entre la realidad y la ficción. Parece que en esa época, y probablemente ahora, las estrellas se quitan los puestos hipócritamente. Aunque a mí, personalmente, estas relaciones no me parecen importantes porque el rato que el cine lo pone en pantalla o el libro en letras, todo se separa de lo real y deviene en ficción, incluso cuando se trata de historia. De cualquier forma sí me pareció interesante la relación que Sierra hizo entre la película y otras anteriores que fueron adaptaciones de adaptaciones hasta llegar a una obra de teatro que fue la primigenia y no tuvo nada que ver con el filme hecho en el año 50. Esa intertextualidad es mágica: uno tras otro el ser humano ha ido reinterpretando los hechos y las obras de arte, actualizándolos y creando nuevas cosas. Bueno si quieren ver la película y oirle a este chico, León Sierra, les invito a que vayan el próximo martes al Ocho y Medio de Tumbaco a las 7 pm. Vale la pena

sábado, 14 de junio de 2008

Gallo negro, gallo blanco

Medio día; el sol pega fuerte sobre el piso y sobre el mundo, trato de evitarlo... camino lento con la cabeza gacha por la franja oscura que me separa del sol. El Terminal terrestre no es precisamente el mejor lugar para pasear, hay que esquivar las grandes mochilas, canastos y bolsos que deambulan junto a su viajero, a los vendedores ambulantes y al sospechoso que te ofrece la última “canon” de algún gringo despistado. También está el fanático religioso que sin contemplaciones te pone a la “virgencita” en la cara. Hay que hacerse a un lado: del sol y de la gente.
Tenía hambre y sin ganas buscaba donde almorzar, mientras me decidía donde entrar, hacía oídos sordos a los anuncios de comida gritados por los saloneros que con carta en mano salen al encuentro de cualquier transeúnte hambriento.

Una pequeña multitud llama mi atención, algo miraban con interés en un kiosco de discos piratas. Mientras me acercaba, las notas conocidas de una vieja canción me iban envolviendo, a cada paso me llegaban con más fuerza. Pude reconocerla, se trataba de Eye of the Tiger de Survivor, popularizada en Rocky III,esa canción siempre me resultó, -por decirlo de algún modo- alentadora, no sé exactamente por qué, pero supongo que el hecho de haberla escuchado en un momento de mi vida en que sólo quería vestirme de negro y hacerme un tatuaje, algo tendrá que ver. Ahora no quiero vestirme de negro, y menos con este sol. Nunca me hice el tatuaje, creo que por indecisión, y es que solo imaginar estar pegado a algo o alguien el resto de mis días me produce cierto desarreglo emocional.
Me encontré balbuceando la canción, mí encorvada figura se irguió y avanzaba decidido hacia la concurrencia, podía ver sus rostros, el brillo de la pantalla en ellos...

Saltaban furiosos, adivinaba el dolor y la rabia, me provocaba cerrar los ojos pero no lo hacía, al contrario, estaba fascinado con el espectáculo. Imágenes burdas de una cámara casera me mostraban a dos gallos, y cuando digo gallo, no me refiero al jactancioso y engreído individuo que se da de “muy gallo”, sino simplemente al ave macho de la gallina, en combate a muerte contra otra ave macho de gallina. Siempre había oído hablar sobre estas peleas, pero nunca me interesé. Ahora la miro y no puedo dejar de hacerlo. Uno de ellos, (el negro) saltaba rabioso sobre el otro (el blanco) desgarrando piel y plumas. No entendía por qué no paraban la pelea; era evidente que el gallo negro estaba dándole una paliza al blanco; éste a duras penas podía incorporarse y amagar unos picotazos. Se confirmaron mis sospechas: los negros son mejores peleadores que los blancos, sean de la especie que sean. Solo la música a todo volumen de Rocky III me decía lo contrario. Cuando estaba a punto de vencer el morbo que me mantenía boquiabierto ante la pantalla, en un movimiento incomprensible para mi condición de fisgón implume, el gallo blanco deja sin reacción al negro, aniquilándolo por completo ante mi afónico asombro.

Casi confundido dejo los gallos, su música y su kiosco, sin darme cuenta había dejado también esa confortable sombra. Me dirijo directamente hacia el primer salón de comidas que avisté. Ya adentro, la ventana blanca me dice que el sol lo está quemando todo. Me traen la carta, leo los precios y sin más preámbulo digo: un seco de pollo por favor.

viernes, 13 de junio de 2008

A mi hija

Miro tus ojitos. Es una sensación indescriptible la que experimento cuando brillan, cuando sonríen, cuando expresan sin palabras todo lo que tu pequeño corazón siente, todas las emociones que tanto te asombran y aún no puedes entender.

Tus ojos oscuros me acompañan desde ese viernes de abril, cuando los admiré por primera vez. Estabas ahí, en la sala de recién nacidos del Hospital Metropolitano, viviendo tu primera hora en este mundo, analizándolo todo, atenta a los colores, a las formas, a las figuras.

Y yo, mientras tanto, preguntándome si sería capaz de manejar tanta responsabilidad, si sería capaz de contribuir a que seas unas persona que se quiera mucho, que ame al mundo, a sus semejantes, que sepa equivocarse, darse su puesto, sacar ventaja de los errores, gozar con los triunfos con humildad y orgullo y, por sobre todo, a que seas una persona que sepa escoger su destino sin que le importe la opinión de los demás.

Te confieso, mi pequeña cholita, que tenía mucho miedo y que en varios momentos me sentí incapaz de ser un padre. Me sentía aún un niño pequeño, una persona inmadura, insegura, temerosa, que a veces no podía ni consigo mismo.

Recuerdo esas primeras noches, cuando nos despertabas con tu continuo llanto, cuando sentí por primera vez la necesidad de salir de mi cuerpo para vivir tu dolor, acabarlo, agotarlo, vencerlo y dejarte las cosas tranquilas, calmadas, sencillas para que no sufras, para que no te duela.

Era tan fuerte ese pensamiento, que en muchas ocasiones me convencí que al ponerte boca abajo sobre mi estómago, me pasarías tus cólicos y podrías dormir tranquila de nuevo; con tu boquita medio abierta, con tus largas pestañas cubriendo tus párpados y con tu espaldita moviéndose levemente con el aliento de la vida.

Me acuerdo de las ojeras que tenía en ese entonces, pues me levantaba a cada momento para comprobar si respirabas, si estabas bien, si no te habías destapado, si no te sentías sola. Quería recordarte todo el tiempo que papá estaba ahí y que estaría siempre que me necesites… con o sin estar.

Soñaba contigo, me volvía loco por ti, jugaba, me emocionaba cuando sonreías, saltaba de la emoción cuando lograbas agarrar el sonajero con tus deditos gordos, cortitos, vacilantes. Y no importaba lo cansado que esté: todas las noches te sacaba a pasear en el auto para que te duermas.

Por todas esas cosas, me es muy duro recordar aquella noche que salí de la casa con mis maletas para mudarme temporalmente con los abuelos, donde tu mami y yo no estaríamos juntos para pelear, para discutir, para no hacernos ni hacerte daño.

Esa noche esperaba a que te duermas para salir; pero tú, mi chiquita preciosa, todo lo sentías. Te negabas a cerrar tus ojitos y te revolcabas en la cama sonriendo, iluminando con tu mirada esa habitación en penumbra, donde el silencio se había apoderado de las promesas que algún día nos hicimos tu mami y yo.

Y comenzamos otra relación, otra vida que duraba solo los fines de semana, cuando solos tú y yo intentabamos crear una familia pese a las circunstancias. Te cambiaba los pañales, te bañaba, te vestia, te daba de comer, salíamos a pasear y, sobre todo, buscaba hacerte sentir desde pequeñita que yo me había divorciado de la mami y no de ti.

Cuántas lágrimas nos corrieron por las mejillas, mi princesita. Porque no era necesario que hables, que expreses las cosas con palabras. Con solo ver tus ojitos entendía tu confusión, tu temor. Y me desesperaba por no poder aliviarlo de una sola vez.

Varios años han pasado desde entonces y tu risa sigue inundando mi casa, tus ojitos aún brillan con alegría, esperanza e inocencia y tu vocecita sigue siendo la melodía más hermosa que escucho. Te acuerdas cuando me hiciste llorar de emoción al decir "¿No cierto papi que tú y yo somos una pequeña familia?".

Ahora, mi pequeña ciudadana, ya sabes escribir y leer, sumar y restar, tienes amigos en el cole, regresas de él en el bus a tu casa donde tus tres hermanos menores te esperan, donde tu mami ha hecho nuevamente su vida con otra persona, donde te cuesta tanto encajar… porque yo sé, mi pequeña hermosa, la falta que te hago durante la semana, pese a que hablemos todos los días y nos veamos cada fin de semana.

Ha sido la manera más penosa de enseñarte que la vida puede ser difícil e injusta; que los más inocentes son los que más pagan por causa de las equivocaciones y peleas de los adultos. Y tal vez por ello sea que tú y yo apreciemos tanto los momentos en que estamos juntos, que reímos, que vamos de paseo, que salimos al cine o a comer hambuerguesas, pizza, sushi o fondue, que nos quedamos dormidos viendo tele y que, simplemente, estamos en casa.

Porque durante todo este tiempo, me has enseñado a amar con todo el corazón: a sentir que puedo dar la vida por tu felicidad, a cuidarme para estar junto a ti cada vez que necesites, a ser firme con amor y amoroso como un oso. Me has enseñado a bajar la voz, a que las cosas resultan mejor cuando te las digo con tranquilidad, sin castigos, sin amenazas, con paciencia, con ternura.

Me has enseñado a ser una mejor persona; a prometerte solamente lo que pueda cumplir, a que la palabra “papi” sea la más tierna y dulce que haya escuchado cuando viene de tí… pero por sobre todo, mi chola cuencana, me has enseñado a sonreír con el corazón...


viernes, 6 de junio de 2008

Lolita, literatura y cine


La piel suave, los labios rojos, el cabello hermosamente desarroglado, un vestido pequeño, juguetón, los pies desclazos. A penas tiene 13 o 14 años. Lolita. Este deslumbrante personaje que inventó Nabokov y que se ha convertido en un personaje típico a través de los años. Esa niña que está en el límite para ser mujer, con sus pechos frugales, como almendras, y sobre todo, sus labios rojos. Muchos han retomado esta figura ya clásica (como otras: el avaro, la celestina, el pícaro) para reconstextualizarla en sus creaciones. Este es el caso de La rodilla de Claire (Rohmer, Francia, 1970) que fue presentada gratuitamente en la pre inauguración del Eurocine.
Una escritora necesita material para su nueva obra, por esto insita a un amigo a que se enamore de Laura, una niña de no más de 14 años. Obviamente, hay una resistencia moral por parte del personaje como del espectador. Sin embargo, la poesía, la literatura en general, atrapa a ambos, que no pueden dejar de maravillarse con Laura, su ingenuidad y su sensualidad. Es el encanto de una infancia que se va rompiendo pero que aún late; este tipo de niñas están en la sensualidad del límite que es su edad. Cuando sean adultas podrán ser hermosas, pero perderán esa magia de traspasar un estado. Aparece Claire, hermana de Laura, mayor pero en fin una adolescente aún. De una forma fetichista el protagonista se obseciona con su rodilla: flaca, delicada, parte del cuerpo que nos deja imaginar qué hay más arriba. Pensamientos perversos, pero hermosos, porque hay una reflexión sobre la literatura. Entre el hombre mayor y las niñas no pasa nada. Lo máximo que sucede es que él llega a topar la rodilla de Claire y ese momento inocente, tierno, reconfortante, es una explosión de la sensualidad. Pero lo hermoso es que todo esto se da cuando en realidad no pasa ni pasará nada, pues él sabe que se mueve en un mundo ficticio, donde esa relación (que en el mundo real sería asquerosa) es poesía, porque sólo es posible en la mente y porque todo esto es hermoso por el mismo hecho de que no se consuma. Es dejarse llevar por el instinto, un impulso, pero que queda en el agradable sabor del instante porque jamás se llegará a concretar. Esa es la sensualidad pura, el erotismo: llegar al límite del precipicio y volver a tierra firme. El rato que se traspasa y se devela lo oculto, lo prohibido, eso es pornografía, basura.
Todo este efecto sensual logra el filme La rodilla de Claire, dentro de una atmósfera bien europea donde los diálogos son fríos y funcionales, el clima austero. Es un contraste genial.

miércoles, 4 de junio de 2008

CONTESTACION A UN ARTICULO PUBLICADO EN LA PAGINA WEB DE RADIO VISION DEL 30 DE MAYO DE 2008.


Poesía versus fútbol
LA CIUDAD DE LA FURIA

Jennie Carrasco DICE:

En esta ciudad de furiosos inviernos, el agua no es obstáculo para ir al fútbol. Cincuenta mi personas saltan, gritan, vivan a su equipo, en el estadio. ¿Clasificará? ¿Quedará campeón? El fútbol. Deporte para adormecer a las masas, para imbuirlas de un falso patriotismo. El negocio más caro del mundo. Y ahí paro porque no es nada nuevo lo que digo.Las calles están casi vacías. Restaurantes, bares, discotecas, están repletos de hinchas que siguen, en la pantalla, el partido de vida o muerte que juega su equipo favorito, ése por el que darían la vida, del que tienen forradas las paredes con afiches, camisetas firmadas, llaveros y banderines. La colcha tiene el diseño de colores, la alfombra, la cortina de baño, y hasta la casa del perro, que usa para estos fríos una camisetita con el logo en el lomo. ¡Qué mono se ve!Cae una lluvia pertinaz. El equipo clasifica. El festejo es a lo grande. En otra parte de la ciudad, un centro cultural, donde bullen la música, el intercambio de danzas afro y mestizas, de productos varios que ofrecen diversas culturas, hay un recital de poesía. Cientos de personas han sido invitadas por correo electrónico. Otras por teléfono o personalmente por la autora de un libro de poesía recién publicado. Lo conocen unas doscientas gentes, a lo sumo. La poesía. Esta noche asisten veinte personas que, venciendo el miedo a la lluvia y la euforia del fútbol, han acudido para escuchar poesía. Poesía combinada con música y pintura. A media luz, con jóvenes músicos prometedores. Poesía que desata, dice, desvela el alma humana. En otro escenario fueron ciento cincuenta. En la Plaza Grande cien. Pequeños públicos amantes del arte.Claro que en los goles y en los pases hay arte, y hay mucha poesía en los cabezazos, en la defensa del arco.La diferencias con los cincuenta mil está en que los espíritus se alimentan de maneras distintas. Más bien dicho, el arte alimenta el espíritu, el fútbol lo obnubila.Alguien dice: “deberías leer poesía en el estadio”. Imagínense cincuenta mil escuchando poesía, engrandeciendo sus almas. Algo así pasa en otras latitudes. En Medellín, nomás, se hacen encuentros poéticos en estadios y coliseos, en plazas.Pensemos qué pasaría si todo el mundo leyera, escuchara o escribiera poesía (creo que todo el mundo puede hacerlo). El arte libera, seríamos libres. El arte es amor, no habría violencia. El arte (sin pasar por tamices burocráticos), traería la felicidad a este país. A este planeta. No hace falta pontificar al respecto. Los oscuros poderes que manejan la vida de la humanidad impiden el desarrollo de las artes. Pero financian grandes transnacionales futboleras. Compran y venden hombres, como antes esclavos…


EL YORUGUA RESPONDE:

Se nota muy claro que no te gusta el fútbol. Es una lastima porque si lo hubieras jugado alguna vez o hubieras cantando un gol sobre la hora… o hubieras querido jugar como un futbolista ídolo.. .sentirías una pasión muy mobilizante. Me acuerdo en una biografía de Albert Camus leí que la mejor satisfacción de su vida había sido hacerle un gol de cabeza a la selección de Francia, jugando por la selección de Argelia...o los poemas de Galeano sobre la pasión futbolera... o la alegría del maestro Ernesto Sabato al ir todos los domingos a la platea a ver a su Estudiantes de La Plata...ante el calido aplauso de la tribuna... A mi me encanta la poesía, amo la literatura, el cine independiente, el arte, y el fútbol. Yo creo cada evento tiene su momento y su lugar para disfrutarlo. Pero me parece un pretexto bastante gratuito de tu parte decir que el fútbol le quita espacio a la poesía. Por favor!! Tienes una mala lectura de los eventos ante tus ojos...o como diría Cortazar eres un lector hembra... La TV gringa chatarra, el Internet abierto a todo, la falta de sensibilidad del alma me parece justificativos y más creíbles. Has visto últimamente a jovencitos utilizar poesía para cantarle su amor a su novia??...seguro q no...y seguro que también les vale un bledo el fútbol...así que.. Me gustaría saber porque no investigas en efecto qué mato el gusto por la poesía y le dejas al fútbol en paz?

lunes, 2 de junio de 2008

Dónde se aprende a volar?

Existe acaso un curso especializado que se anuncie en el periódico que diga: en cuatro semanas aprenda usted a volar o le devolvemos su dinero?.
Posiblemente no. Quizás el desafío mas importante del aprender volar implique no despegar los pies sobre la tierra, no necesitar el cuerpo para nada, ni hacer malabares con los brazos y las piernas. Volar es simplemente volar. En estos tiempos nadie se arriesga al vuelo de ser poeta, esa estéril profesión que es considerada en estos días como una especie de enfermedad, más bien como producto de la pereza y la falta de ocupación en actividades realmente importantes.

En la película El Lado oscuro del corazon (Argentina, 1992) del director Eliseo Subiela, Oliveiro persigue el amor, esa mujer única que sea capaz de volar, mientras recorre los suburbios de Buenos Aires y Montevideo; pero lo curioso es que el único recurso de conquista, su arma letal con que cuenta es su poesía. El es un joven poeta y mantiene complejas relaciones con la vida, con la muerte (que lo acecha como esposa fastidiosa) y con las mujeres obvio; y junto a sus dos amigos lleva una existencia bohemia. Un día, en Montevideo conoce y simpatiza con una prostituta de cabaret, de quien termina perdidamente enamorado. Solo ahí ocurren sus mejores vuelos, saborea del dulce elixir del amor, de una transfusión que le permite seguir vivo.

El film de Subiela está abierto a diversas interpretaciones. No cierra el sentido que quiere transmitir, no da demasiadas respuestas, por el contrario lo que brinda son interrogantes al mejor estilo poético. En efecto, descubrí que en un cabaret, Mario Benedetti en persona le recita un poema en alemán a una prostituta, y le dice: "Porque te tengo y no/ porque te pienso/ porque la noche está de ojos abiertos/ porque la noche pasa y digo amor". Luego se me viene a la mente: no hay personas más prácticas que las prostitutas. Saben lo que tienen que hacer, no se enredan en asuntos melodramáticos ni romances absurdos. Están atentas con sus baterías antiaéreas cargadas para derribar a cualquier poeta volador. Son asesinas de sueños y expertas en llorar sin sufrir. No se pueden dar el lujo de volar. Pero al mismo tiempo en su mal se encuentra la semilla del bien, la flor que crece en el fango; existen instantes de flaqueza donde afloran sus sentimientos y extrañamente brotan por sus ojos leves ráfagas de amor… su luz es suficiente para iluminar el lado oscuro de la tierra, el lado oscuro del corazón.

Si alguien tuviera la intención de volar, después de saber los riesgos que va a correr, la poesía puede transformarse en buen instrumento de vuelo, pero no tiene instrucciones ni manual, así que al elevarse lo más alto que se pueda, disfrute usted del paisaje…pero ojo con el aterrizaje.

viernes, 23 de mayo de 2008

Crónica de una polifonía


Había oído hablar mucho sobre este escritor chileno Roberto Bolaño. Muy comentado en la facultad donde yo corría mis estudios de comunicación. Sin embargo, jamás había visto uno de sus libros. Cuando acabé la universidad, digo egresé porque aún no he completado esa etapa de mi vida, entré a trabajar a una librería y tuve la oportunidad de ser parte del proceso de selección de los libros que se podían pedir. Y ahí estaba, como parte de la lista de las opciones a escoger: Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. Enseguida sugerí que ese libro debía pedirse inmediatamente. Como los estudiantes no tenemos mucho dinero y podrán imaginarse que trabajar en una librería no te hace millonario, cuando llegó el tan esperado libro, no pude comprarlo porque costaba como 35 dólares. Por suerte, aún vivo con mis padres y mi mamá es una lectora asidua. Así que le comenté sobre el libro de este afamado escritor chileno que había muerto joven y bello, que era necesario que formase parte de nuestra biblioteca. Y ella compró el libro, como diría el anticristo, jaja. Yo no lo leí inmediatamente sino que ella lo empezó a leer primero y cuando yo le pregunté que qué tal, no van a creer que me dice que está terrible que fresco no más. En ese momento le quité el libro y lo leí yo. Sinceramente, al principio me pareció fresco también. Es un chico mexicano que vive en México y cree que es poeta, que forma parte de un grupo de poetas mexicanos jóvenes que se llama los real viceralistas. Es un movimiento de poetas que pretenden ser innovadores y romper con la vieja poesía de México, es decir pretenden ser una vanguardia, pero su juventud e inexperiencia les pesan a todos. Bueno, el relato no era más que un chisme de quien se acostaba con quien, de masturbaciones, de amores, de un DF nocturno, sensual, pero algo faltaba. Esto no me emocionó tanto y me dio un poco de cargo de consciencia que mi madre haya gastado tanto dinero en esa novela. Pero las cosas no se quedan así; el libro tiene 610 páginas y mientras avanza he comprendido por qué a Bolaño se le consideraba de escritura tan rebelde, tan subversiva y al mismo tiempo encantadora. Es decir, es la polifonía en sí misma. Si bien, al principio sólo habla este chico medio quedado mexicano sobre los real viceralistas y sobre sus jefes más altos: Ulises Lima y Belano, en la segunda parte de la novela se abre como un foro o un grupo de testimonios de distintas personas que conocieron a estos dos personajes. Son gente de México y también gente que ellos encontraron en sus viajes por Europa. La fuerza de lo anecdótico convierte al lector en el detective que está buscando reconstruir a estos dos personajes que nunca hablan. Son tantas las voces que uno no sabe bien quien habla, y tiene que retroceder para encontrar a su interlocutor y poder seguirle la pista. El método que usa Bolaño para la construcción de sus personajes es el siguiente: ellos se forman de lo que dicen los otros, de testimonios. Los cuales si nos ponemos muy rigurosos no son posibles ontológicamente porque los testimonios son de personas de distintos países con distintos idiomas (aunque todo está escrito en español) y en distintas fechas, lo que haría que pierda el texto verosimilitud. Pero esto no es así porque los hilos conductores que relacionan los testimonios, hacen que uno entre en el juego. Como lectora puedo sospechar de un gran narrador oculto (en grado cero, pues no habla para nada), que es omnisciente y fue capaz de recopilar todas las declaraciones que se presentan. Y que juega el papel de detective, y digo juega porque si es omnisciente debería saberlo todo. Debo confesar algo, jaja, como diría el anticristo. Aún no he acabado la novela pero me tiene atrapadísima y no me arrepiento de que mi madre la haya comprado. Espero que cuando termine pueda escribir otra vez ya con una visión global del asunto. Bajtin sería muy feliz con este ejemplo de polifonía.

martes, 13 de mayo de 2008

Anhelado olvido



“¡Qué feliz es la suerte de la vestal sin tacha!
Olvidarse del mundo, por el mundo olvidada.
¡Eterno resplandor de la mente sin mancha!
Cada rezo aceptado, cada antojo vencido”.

Alexander Pope


Un recuerdo no querido, pero de obstinada presencia puede aniquilarnos por dentro, puede carcomer las paredes internas de nuestro ser y hacer que el pasado surja vehemente y se torne en insoportable presente.
Solo el olvido puede permitirnos vivir.

Olvidar; ese es el tema central de El eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, 2004); película dirigida por el francés Michel Gondry. Solo olvidando a Clementine (Kate Winslet), Joel Barish (Jim Carrey) podrá arrancarse la espina de rechazo que ésta le dejo con su indiferencia... La decisión está tomada y Joel acude donde un especialista en quitar recuerdos y borrar vivencias. Es necesario olvidarla.
Lo que no se percató Joel, es que en el tratamiento los recuerdos más hermosos que con ella vivió también se irán, entonces decide cancelar el proceso... Pero es imposible: está inconciente.
La pareja ideal solo es eso; una construcción mental que se sostiene con sueños. Al final llegarán el tedio y el hastío, llegará la costumbre y nos mostrará otra verdad. Una verdad diferente y ajena en cuyo molde no caben esos sueños.

El guión de Charlie Kaufman nos cuenta la historia de atrás hacia delante, desde que Joel empieza a recordar a Clementine la última vez que la vio. Nos dice que solo al final de la película entenderemos su inicio. Y con pequeñas dosis de Nietzsche, nos insinúa su eterno retorno.

Somos memoria, el olvidar implica desaparecer...
A menudo el pasado nos visita... un objeto, un olor, un sonido a veces bastan para invocarlo. Recuerdos, vivencias pasadas, pequeños instantes se acumulan en la memoria, una memoria ávida de evocaciones, de tiempo, de vida.
El recuerdo; esa extraña sensación de haber vivido, es lo único que tenemos.

lunes, 12 de mayo de 2008

Tareas pendientes


Qué tarea gratificante salir al bosque a cortar una flor y ponerla en un papel absorbente, luego meterla dentro de las páginas de un libro y dejarla secar. Después de un tiempo tomar el libro para leerlo y darse cuenta que… por Dios! hay una florcita disecada dentro del libro; seguirle la pista a un gorrión por todo el parque y por el cielo azul hasta descubrir donde está anidando y ver cuantos pichones hay en el nido. Qué tarea gratificante deambular por las calles de Quito en las noches lluviosas, con un jazz de copiloto; pensando en todo y en nada al mismo tiempo y hallando poco a poco, metro a metro la paz necesaria para vivir; sin hora fija de retorno. Qué tarea gratificante salir una mañana de sábado a jugar fútbol y sentir el rocío de la hierba en las piernas; o ir al estadio a gritar y mandarle al infeliz del árbitro a la… que lo parió; y sentirte que has tocado el paraíso. Qué tarea gratificante ir al centro comercial y pararse delante de la puerta automática y ver cómo se abre ante mi presencia, cruzarla y verla cómo se cierra después, y luego salir y volver a entrar, entrar y volver a salir, para fijarme, por supuesto, que funciona bien. Luego subir las escaleras mecánicas por el tramo de bajada, y trepar rápidamente los peldaños antes que te gane la fuerza de las escaleras, y pedir permiso a la gente comprensiva para poder subir hasta allá arriba; ante la sonrisa jocosa de los guardias de seguridad. Qué tarea gratificante escuchar un tango (y hacer algo parecido a bailar) descalzo en una habitación y creerte el mismísimo Julio Bocca, y que estás en el Teatro Colón de Buenos Aires, protagonizando su obra máxima. Qué tarea gratificante enviar un mensaje al celular de la persona amada y esperar ansioso su respuesta, y sentirse feliz y realizado cuando te responda, y pensar que el mensaje de texto te va a alegrar el alma y te va a dar un abrazo con palabras antes de dormir. Qué tarea gratificante sentarse con un lápiz a escribir frente a una hoja de papel en blanco y dibujar algunas palabras, sentirse como un niño que quiere aprender a escribir y le cuesta tanto trazar la bombita de la “O”; y tratar de ordenar las ideas en la cabeza, o encontrar al menos una idea que sirva. Eso sí, con la esperanza que alguien le lea, le interese y le comente.

Qué tarea tan gratificante dar prioridad a las tareas pendientes, a las más importantes.

domingo, 11 de mayo de 2008

La vie en Rose


Gorrión frágil, gorrión pequeño, gorrión. Piaf, gorrión, Edith Piaf. Edith Gorrión. La vie on Rose (Olivier Dahan, 2007) retrata la vida de la famosa cantante francesa, Edith Piaf. La estructura del montaje es fragmentada y muestra diferentes etapas de su vida. Sin embargo, la fragmentación funciona como un rompecabezas que nos muestra un todo coherente y ante todo sobrecogedor. Bien merecido fue el Oscar que recibió Marion Cotillard por su actuación. La risa, la forma de caminar, la sonrisa, la personalidad, de la actriz, nos hace ver en la pantalla realmente a la cantante que ha sido mitificada por su voz que cautivó a todo el mundo. A pesar de su pequeña estatura, Piaf es una de las más grandes cantantes de la historia. El film nos muestra esa grandeza que contrasta con la gran fragilidad del personaje. Edith fue Edith por su fortaleza de carácter y fue Piaf porque fue un gorrión: con el pecho hinchado de tanto cantar pero con los huesos frágiles, con las patitas delgadas. La película muestra una vida dura, en la cual Piaf logra alcanzar la fama internacional pero donde se va desgastando a un tiempo acelerado imparable, a la misma velocidad como se apaga la risa. Después de haber perdido a muchos seres queridos, su vida queda relegada al canto. Cantar es vivir y viceversa, no se concibe de otra manera. La fragmentación del film bien podría ser recuerdos que acuden a la mente de Edith Piaf en su lecho de muerte, pero hay vacíos que sólo serán llenados cuando acudan los recuerdos en el momento de su deceso; es ahí donde todo tendrá sentido.
La caracterización de Edith Piaf es excelente pues contiene una paradoja que la hace humana: ella es grosera, egoísta, loca, eufórica, alcohólica, enferma; sin embargo, es hermosa porque vive para el arte, para la belleza, para la sensibilidad del ser humano. Eso hace que ella en sí sea el canto y tenga la belleza de un pequeño gorrión en un árbol, el cual alberga toda la maravilla de la naturaleza.

martes, 6 de mayo de 2008

LA GRAN NOSTALGIA

La idea del eterno retorno, es lo que nos plantea Nietzsche como una de las reflexiones acerca del tiempo y Milan Kundera trae esta reflexión hacia las relaciones de pareja.
“Una y otra vez conocer a una persona que puede ser el amor de tu vida, una y otra vez empezar y terminar una relación, una y otra vez volver a intentarlo, pero el simple hecho de pensar que el verdadero amor llega una sola vez en la vida, es una carga casi tan pesada como la idea del eterno retorno”…
Con estas reflexiones empieza la Compañía Nacional de Danza a deleitarnos con su puesta en escena del coreógrafo cubano: Jorge Alcolea, interesante performance de bailarines con gran técnica, podemos apreciar al inicio de la obra, con motivo del Internacional de la Danza, El Teatro Nacional Sucre abrió sus puertas al público quiteño y lleva la obra: “La Gran nostalgia” integrando a la misma una proyección de video con la que los bailarines interactúan, manteniendo al público alerta de todo cuanto ocurre en el escenario.

La obra continúa con un nivel técnico muy interesante en el que sobresalen bailarines como: Cristian Albuja, Yolanda Endara, Sebastián Salvador, Yulia Endara entre otros, aunque la puesta en escena es interesante maneja los mismos parámetros ya desgastados en el ámbito dancístico, como son las repeticiones constantes de frases bailadas, cosa que se vuelve monótona para el espectador . La obra es muy prometedora en sus inicios cuando mezcla video con danza pero mientras se desarrolla va perdiendo fuerza sin llegar al clímax en ningún momento cosa que con la absoluta sincronicidad que nos muestran es restado importancia a los pequeños errores. Ya que la danza en el Ecuador esta creciendo debo añadir a mi criterio que no me gustaría ver como se estanca sin atreverse a la experimentación de otros medios que pueden volver mas interesante a sus puestas en escena, el momento que aparece la “video mariposa” te sientes en la expectativa de que van a utilizar otros recursos, pero para nuestra desilusión no vuelve a aparecer ningún otro medio y termina repitiéndonos un mensaje una y otra vez.

No vamos a negar ni menospreciar el gran trabajo del coreógrafo, ni de los bailarines que brillan sobre el escenario, esta es solo la opinión de quienes creemos y quisiéramos ver a estos grandes talentos arriesgándose en las nuevas tendencias de la danza, y que llegue el momento de sorprenderse a si mismos al regresar a ver y darse cuenta de lo que son capaces.

lunes, 5 de mayo de 2008

De la esperanza al encierro y viceversa

Los espejos cóncavos o convexos ante una persona son como las cárceles y manicomios ante la sociedad. La imagen se deforma, se alarga, se engorda. Como diría Valle-Iclán, el creador del esperpento: al mundo hay que verlo a través del culo de un vaso. Tanto las cárceles como los manicomios son instituciones que atrapan a esta sociedad deformada y esperpéntica. Dos películas tratan este tema de manera distinta: The Shawshank redemption (Darabont, 1994) y One flew over de Cuckoo’s nest (Forman, 1975). La primera trata de una cárcel y la segunda de un manicomio. En ambas los protagonistas no deberían estar ahí, ingresan a estas instituciones por un error social del sistema.

Jack Nicolson en One flew over the Cuckoo’s nest, es un delincuente que aparentemente se encuentra en el límite entre la razón y la locura, aunque nunca lo traspasa, que es encerrado en el manicomio para que se le haga una evaluación. Su relación con los internos se convierte en algo muy humano que lleva al film a tener un cierto grado de comedia. Es un acercamiento a la locura desde la risa, desde el burlarse de los propios defectos, que en este caso son mentales. A pesar de que el espectador muestra una sonrisa, no ve más que un drama. Éste no se da por lástima a los "pobres loquitos", sino al descubrir la cara de la cuerda enfermera. Son los cuerdos los enfermos, los imponentes, los castrantes. En cierta forma se da una inversión pues la parte enferma es la sana y los locos están bien en su locura. R. P. McMurphy (Jack Nicolson) se presenta como un elemento de ruptura en la cotidianidad de lo institucionalizado: el único cuerdo de los internados es el que marca un quiebre en una línea estrictamente formada. En este sentido él se convierte en símbolo de esperanza, de cambio. Sin embargo, esta esperanza no es, al principio tan representativa para los internos pues la mayoría de ellos están ahí de forma voluntaria. Esta esperanza es un símbolo para él mismo, porque él sabe que está en sus cabales y que tiene que salir de ahí. El símbolo de la esperanza o de un cambio hacia una condición mejor, se va transmitiendo a todos los locos que empiezan a cuestionar su status quo. En el caso de R. P. McMurphy el lema es: hay que salir de aquí, lo que adquiere una connotación mucho más compleja pues no sólo es el hecho de huir sino de conseguir una libertad de mente. El arrancar el lavabo y lanzarlo por la ventana es la metáfora de romper con la institución y dejarse volar. El lavabo es macizo y está pegado al suelo, romperlo se presenta como una tarea imposible. Entonces, la esperanza es imposible. Castrar, castrar, castrar el impulso, el sentimiento una y otra vez a seres a quienes su condición física y mental no les permite hacerse al mundo, al castramiento. La lucha de estas dos fuerzas llevará a las partes a los extremos: la muerte completa y la muerte cerebral, en distintos personajes. La cultura de los indios norteamericanos, de cierta forma mitificada en este film, es la respuesta. La salida y la esperanza se encuentran entonces en un pensamiento mítico perteneciente a culturas que han contrastado con la occidental.


La cárcel en The Shawshank redemption es otro lugar que no tiene salida. Acusado de un crimen pasional, Andy Dufresne entra a la prisión Shawshank a cumplir una condena eterna. Esta película lleva al espectador a reflexionar sobre lo corta que es la vida. Es decir, cincuenta años es el 60% de una vida, asumiendo que viviremos saludablemente hasta los 80. Pasar todo ese tiempo encerrado es desperdiciar la única vida en esta tierra que nos ha sido asignada. Lo peor es que él no asesinó a nadie y está pagando la culpa de otro. Igual que en One flew over the Cuckoo’s nest, el protagonista hace buenos amigos durante su cautiverio y a través de su racionalidad combate al sistema que de esta manera lo deja sobrevivir. Y de igual manera el mundo parece darse la vuelta pues sucede que los presos son muy sensatos y llevan una vida amigable alejada de cierta forma de la violencia por la cual fueron castigados, convirtiéndose de esta forma en víctimas. Mientras tanto, los policías y las autoridades de la cárcel parecen internarse en un mundo extremadamente violento y corrupto. De hecho los que sufren estos extremos son los presos. Andy Dufresne, interpretado por Tim Robbins, logra ser aceptado en ambos lados pues, con sus compañeros, es muy sincero y generoso, y, con las autoridades, también pues presta servicios profesionales que les ayudan a hacer de su corrupción un sistema más eficaz. El hecho de hacerse corrupto para ayudar a las autoridades, y no a él mismo, a que se hagan millonarias, le deja traspasar el umbral. El mundo dañado no está más en los presos sino en la ley, lo que permite que el espectador tenga cierta condescendencia con los que están atrapados en esta institución. Por lo tanto, los buenos son los presos y por eso es necesario que ahí nazca la esperanza de huir hacia el mar (metáfora común de la libertad). Los que siguen serán hechos agradables que hacen dar gracias de que esta película tenga un final feliz estilo hollywoodense, y de que el espectador sienta por eso tranquilidad en su corazón, y de que éste no sea un drama fatal bien hecho donde sólo queda el llanto como forma de expresión.

One flew over the Cuckoo’s nest nos muestra una situación que deviene en condición donde los intentos de cambio serán siempre frustrados, dejando a los personajes en un corredor sin salida. En este caso, el mito es la salida, la respuesta al encierro, pero es algo que los occidentales ya no conocemos. The Shawshank redemption es un film muy occidental que intenta criticar al sistema nuevamente cayendo en él: los buenos siempre serán los buenos, ¿acaso no hay matices en este mundo? One flew over the Cuckoo’s nest es altamente recomendable, es una obra maestra que nos hace vislumbrar un poco el sentido del ser humano y tiene un final para sentarse a llorar de lo hermoso y lo triste. The Shawshank redemption también es recomendable, no altamente, pero recomendable en fin, para ocasiones en que quieran creer que la vida es un río que irá a desembocar en el hermoso y tranquilo océano Pacífico.

domingo, 4 de mayo de 2008

El elefante que llevamos dentro

El diccionario de la Real Academia de la Lengua, en la letra “b” define a Belleza: conjunto de cualidades que se perciben por la vista y el oído y producen un placer espiritual, intelectual y sensorial. ¿Está de acuerdo Ud. con esta definición? Para muchos todo entra por los ojos, y a lo mejor con el tiempo te darás cuenta que existen otras cosas más.

No vamos a centrarnos en dónde radica la “belleza” del hombre elefante, o qué recursos utiliza el director para presentárnoslo. El esfuerzo de David Lynch en The Elephant Man (Reino Unido, 1980) de traernos a un hombre de excepcional sensibilidad en muchos aspectos pero lleno de deformidades, es toda una encrucijada. Trata de decirnos que existe belleza en lo más profundo de lo horrible? o talvés que la vida sería una miseria sin momentos de gloria, ese tocar el cielo con las manos y ser el protagonista máximo de los acontecimientos. De una u otra forma, cada ser humano tiene el designio de vivir su momento de grandeza, pero seguramente tras haber recorrido con desazón los obstáculos de la vida.

En fin, esa mentira que la cara es el espejo del alma, poco a poco se convierte en una verdad. En estos tiempos en que todo es imagen, a nadie le importa si existe una belleza interior o una extraña virtud por descubrir. Una buena foto convence a todos. Si no es bello, o no cumple los cánones establecidos por la sociedad globalizada, simplemente no existe o queda auto-excluido. Para muestra un botón; lo comprobé cuando la semana anterior fui a hacer una denuncia a la Intendencia de Policía, y observe que únicamente a los tipos que parecían importantes, muy bien vestidos y perfumados, les daban un trato diligente en sus gestiones; mientras tanto en la sala de denuncias contigua varias personas normales, seguían esperando su turno. Según ese punto de vista, se podría decir que John Merrick, el protagonista con grandes deformaciones, fue un aventajado al poder disfrutar de muchos elogios en la época que vivió; considerando que la película fue tomada de hechos reales suscitados en la Inglaterra de la época victoriana.

Para vanagloria de los feos, el desenlace de la historia del "monstruo de la era victoriana" es formidable. Es la auto-eliminación del ser, como corresponde, habiendo alcanzando su apogeo máximo. Solo en ese momento el hombre elefante adquiere una verdadera grandeza que lo distingue del resto. Es la proclamación del triunfo ante la adversidad, donde la realización pesa más que la muerte, donde el feo se nos queda mirando a los ojos, diciendonos que somos nosotros los presos en este circo ambulante llamado sociedad.