Los espejos cóncavos o convexos ante una persona son como las cárceles y manicomios ante la sociedad. La imagen se deforma, se alarga, se engorda. Como diría Valle-Iclán, el creador del esperpento: al mundo hay que verlo a través del culo de un vaso. Tanto las cárceles como los manicomios son instituciones que atrapan a esta sociedad deformada y esperpéntica. Dos películas tratan este tema de manera distinta: The Shawshank redemption (Darabont, 1994) y One flew over de Cuckoo’s nest (Forman, 1975). La primera trata de una cárcel y la segunda de un manicomio. En ambas los protagonistas no deberían estar ahí, ingresan a estas instituciones por un error social del sistema.
Jack Nicolson en One flew over the Cuckoo’s nest, es un delincuente que aparentemente se encuentra en el límite entre la razón y la locura, aunque nunca lo traspasa, que es encerrado en el manicomio para que se le haga una evaluación. Su relación con los internos se convierte en algo muy humano que lleva al film a tener un cierto grado de comedia. Es un acercamiento a la locura desde la risa, desde el burlarse de los propios defectos, que en este caso son mentales. A pesar de que el espectador muestra una sonrisa, no ve más que un drama. Éste no se da por lástima a los "pobres loquitos", sino al descubrir la cara de la cuerda enfermera. Son los cuerdos los enfermos, los imponentes, los castrantes. En cierta forma se da una inversión pues la parte enferma es la sana y los locos están bien en su locura. R. P. McMurphy (Jack Nicolson) se presenta como un elemento de ruptura en la cotidianidad de lo institucionalizado: el único cuerdo de los internados es el que marca un quiebre en una línea estrictamente formada. En este sentido él se convierte en símbolo de esperanza, de cambio. Sin embargo, esta esperanza no es, al principio tan representativa para los internos pues la mayoría de ellos están ahí de forma voluntaria. Esta esperanza es un símbolo para él mismo, porque él sabe que está en sus cabales y que tiene que salir de ahí. El símbolo de la esperanza o de un cambio hacia una condición mejor, se va transmitiendo a todos los locos que empiezan a cuestionar su status quo. En el caso de R. P. McMurphy el lema es: hay que salir de aquí, lo que adquiere una connotación mucho más compleja pues no sólo es el hecho de huir sino de conseguir una libertad de mente. El arrancar el lavabo y lanzarlo por la ventana es la metáfora de romper con la institución y dejarse volar. El lavabo es macizo y está pegado al suelo, romperlo se presenta como una tarea imposible. Entonces, la esperanza es imposible. Castrar, castrar, castrar el impulso, el sentimiento una y otra vez a seres a quienes su condición física y mental no les permite hacerse al mundo, al castramiento. La lucha de estas dos fuerzas llevará a las partes a los extremos: la muerte completa y la muerte cerebral, en distintos personajes. La cultura de los indios norteamericanos, de cierta forma mitificada en este film, es la respuesta. La salida y la esperanza se encuentran entonces en un pensamiento mítico perteneciente a culturas que han contrastado con la occidental.
La cárcel en The Shawshank redemption es otro lugar que no tiene salida. Acusado de un crimen pasional, Andy Dufresne entra a la prisión Shawshank a cumplir una condena eterna. Esta película lleva al espectador a reflexionar sobre lo corta que es la vida. Es decir, cincuenta años es el 60% de una vida, asumiendo que viviremos saludablemente hasta los 80. Pasar todo ese tiempo encerrado es desperdiciar la única vida en esta tierra que nos ha sido asignada. Lo peor es que él no asesinó a nadie y está pagando la culpa de otro. Igual que en One flew over the Cuckoo’s nest, el protagonista hace buenos amigos durante su cautiverio y a través de su racionalidad combate al sistema que de esta manera lo deja sobrevivir. Y de igual manera el mundo parece darse la vuelta pues sucede que los presos son muy sensatos y llevan una vida amigable alejada de cierta forma de la violencia por la cual fueron castigados, convirtiéndose de esta forma en víctimas. Mientras tanto, los policías y las autoridades de la cárcel parecen internarse en un mundo extremadamente violento y corrupto. De hecho los que sufren estos extremos son los presos. Andy Dufresne, interpretado por Tim Robbins, logra ser aceptado en ambos lados pues, con sus compañeros, es muy sincero y generoso, y, con las autoridades, también pues presta servicios profesionales que les ayudan a hacer de su corrupción un sistema más eficaz. El hecho de hacerse corrupto para ayudar a las autoridades, y no a él mismo, a que se hagan millonarias, le deja traspasar el umbral. El mundo dañado no está más en los presos sino en la ley, lo que permite que el espectador tenga cierta condescendencia con los que están atrapados en esta institución. Por lo tanto, los buenos son los presos y por eso es necesario que ahí nazca la esperanza de huir hacia el mar (metáfora común de la libertad). Los que siguen serán hechos agradables que hacen dar gracias de que esta película tenga un final feliz estilo hollywoodense, y de que el espectador sienta por eso tranquilidad en su corazón, y de que éste no sea un drama fatal bien hecho donde sólo queda el llanto como forma de expresión.
One flew over the Cuckoo’s nest nos muestra una situación que deviene en condición donde los intentos de cambio serán siempre frustrados, dejando a los personajes en un corredor sin salida. En este caso, el mito es la salida, la respuesta al encierro, pero es algo que los occidentales ya no conocemos. The Shawshank redemption es un film muy occidental que intenta criticar al sistema nuevamente cayendo en él: los buenos siempre serán los buenos, ¿acaso no hay matices en este mundo? One flew over the Cuckoo’s nest es altamente recomendable, es una obra maestra que nos hace vislumbrar un poco el sentido del ser humano y tiene un final para sentarse a llorar de lo hermoso y lo triste. The Shawshank redemption también es recomendable, no altamente, pero recomendable en fin, para ocasiones en que quieran creer que la vida es un río que irá a desembocar en el hermoso y tranquilo océano Pacífico.
lunes, 5 de mayo de 2008
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2 comentarios:
tus textos me llevaron directamente a Focault quien habla de las instituciones: cárceles y manicomios. Es siempre interesante.
Esta es la eterna busqueda del ser humano y su lucha contra el sistema. La libertad que quiere romper parametros, esquemas, cadenas e ideas y un sistema perverso que "droga", manipula y captura la imaginacion.
Al final, quienes son los "buenos", quienes son los "malos"? Que es la justicia, que es lo injusto?
Es una gran coincidencia que las dos pelis que te preste se hayan tratado del mismo tema. He recordado del libro de Torcuato Luca de Tena "Los renglones torcidos de Dios"...
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