martes, 21 de julio de 2009
Desencanto
Estuve esperando toda la noche ese cálido sonido y no apareció. Me fui cansado a dormir. Soñé con ello persistentemente. Llega la mañana y lo busco presuroso. Todavía no está y me desespero. Busco un café para tratar de abrir bien los ojos. Cuando voy a beber el primer sorbo, de pronto surge de la nada esa dulce ráfaga directo a mis tímpanos. Boto la taza al suelo y me lanzo desesperado sobre la mesa. En el camino me atravieso con un cable. Caigo estrepitosamente. Es la señal que indica su presencia. Me hacía tanta falta. Comienzo a ver imágenes. Escribo unas pocas palabras emocionado. No recibo respuesta. Luego desaparece con otro zumbido. Eso era todo lo que quería.
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1 comentario:
Dame esa locura, háblame en tu delirio, susúrrame lo que se y no me atrevo a reconocer. Excelente mi amigo!
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