Ayer precisamente quería tomarte y llevarte a mis labios, pero no pude, estaba inmóvil. Tu esperabas pacientemente que mi mano se acerque decidida, pero mi mano no pudo salir del bolsillo, jugaba torpe con un par de monedas y ciertamente se sentía cómoda con el calor de mi pierna.
Yo desvié la mirada hacia el teléfono celular que estaba a tu lado, creí que se encendió, creí que sonó, que vibró, pero me equivoqué, sólo quería evadirte y es que no es mi culpa, todo el mundo dice que me haces daño, que puedes matarme, yo no los escucho - tú sabes- y siempre te llevo conmigo aunque sea a escondidas. Ayer fui débil, eso es todo. Pero ahora estoy aquí, contigo en mis manos y sólo voy a encenderte y poco a poco fumarte.
sábado, 18 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
sabes ke nos hace dño, ke la necesitamos, se aprovecha de eso, de nuestro vicio, nos va acabando, pero a la vez nos dá vida
te pongo un link en mi blog
Me ha gusta lo que has escrito, se pueden hacer muchas analogías... Cuidate mucho, Suerte por alla, darás señales de vida
Puedo dejar de comer por comprar cigarrillos, y es que nada me hace más infeliz como una cajetilla vacía y nada me pone tan furioso como una fosforera sin gas.
Estoy de acuerdo con Martín. Klever bacán tu texto, es como una especie de adivinanza que te seduce y al final te sorprende. Es un micrcuento completo.
Mis labios plagados, y mi mente borrosa,,, la dejas como el humo; inconsciente y soñador. Viajo entre tus entrañas, saboreando tus formas. Y tu, insensible e ingrata, me atrapas a tu antojo y me arrojas sin compasión después de haberte incendiado hasta tu extinción.
Saludos,
Evasiva me ha invitado a divagar un poquitin. Gracias por pasar por mi blog!
Publicar un comentario