sábado, 20 de septiembre de 2008

Prologo y Epilogo


Necesidad de colonizar el espacio. Hacer negocio con la construcción. Expandir la ciudad hacia los polos. Reemplazar un bosque de eucaliptos por bosque de concreto. Un árbol que no necesita regarse. Hojas que no se mecen con el viento. Extinción de focos verdes de la ciudad. Jornadas interminables de trabajo. Centenares de gente arrimando el hombro. Cooperación inexplicable. Inteligencia, decisión, errores, rabia. Objetivo ajeno tomado como propio.
Protagonista =el albañil. Paradoja viviente de la sociedad. Madruga siempre pero nadie no lo ayuda. Ladrillo sobre ladrillo. Otro dia otra pared. Motivo de su trabajo=Quincena de pago.
Dinero=alcohol=alegría=olvido. Felicidad. No se distingue nada. Instante vivido es similar al anterior. Y el anterior al anterior. Colección de fantasmagorías. Mezcla de realidad. Sueño. No existe lugar ni tiempo. Trabajo=vida=obsesión. Búsqueda de actividades distintas.
Nuevas sensaciones. Resultado fallido.
Casa=trayecto=trabajo=trayecto=Casa. Trabajo lo ocupa todo. La casa ya está levantada. Fin del proyecto. Entrega del producto. Alegría en la gente. Sueño realizado. Collage de sensaciones. Realización. Desazón. Hastío. Amor. Cansancio. Nostalgia. La caja de cemento no hace pensar de manera diferente. Epílogo. Creación de un pedazo más de turbia ciudad. Mirada perdida en el horizonte. Búsqueda. Hallazgo de otro pedazo de tierra. Gente clamando por techo. Necesidad de colonizar el espacio. Hacer negocio con la construcción. Comienza el ciclo de nuevo.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Ni uno menos


Ni uno menos, un filme de Zhang Yimou, nos muestra un paisaje desolador de un pueblo rural de la China. Abandonados parecen los habitantes que transitan en este paraje. Polvo, viento, desierto, elementos que contrastan con la inocencia y vitalidad de los niños de la pequeña escuela. Wei Minzhi, una niña de trece años, es profesora de reemplazo, pues el maestro titular tiene que ir a cuidar a su madre enferma por un mes. El maestro le dice que no quiere ni un niño menos en su clase cuando vuelva, si ella cumple, le pagará lo acordado. El conflicto del filme se establece cuando uno de los niños, el más rebelde, es mandado por su madre a la ciudad a trabajar para coseguir dinero. La pequeña profesora desesperada emprende un viaje hacia la urbe. Nuevamente el espacio adquiere fuerza, ya no es el campo sino una ciudad despiadada donde tanto el niño como su profesora se ven vulnerables ante una especie de monstruo gigante. La pequeña voluntad de Wei Minzhi se ve imposible ante una sociedad hostil que desprecia su inocencia, su fragilidad poética, que ha hecho que el público se encariñe con ella.
Todo se reduce a transacciones: dinero para el pasaje, para pagarle a la muchacha que viajó con el niño, para comprar papel para poner carteles, identificación para entrar al canal de televisión. Wei Minzhi, como personaje, se contruye de la perseverancia. No renuncia a sus deseos e insiste despreciando el hambre, el dinero, la hostilidad, como si no comprendiera el funcionamiento del mundo moderno, como si su cara infantil bastara para ganarse al mundo. Y de hecho lo logra. Logra que el mundo se compadezca de su situación y la de su alumno y todo llegue a un final feliz.
Insisto en las transaciones de un mundo material, que parece no ser importante, sin embargo, el director parece dar un mensaje: el mundo basado en lo material es el que funciona. El canal de televisión les regala tiza (antes tenían a penas una tiza diaria) y dinero para la escuela, lo que permite que cada uno de los niños escriban una palabra con un color diferente. Al verse sin dinero para el viaje, la maestra organiza a los niños ára trabajar mmoviendo ladrillos; con el dinero que les sobra, la pequeña maestra compra a los niños dos latas de cocacola. Todos la prueban con asombro y con generosidad. Hermosa escena, aunque muy "significativa". La aldea descubre poco a poco un mundo capitalista, representado por una ciudad abrumadora y hosca pero que mediante la "perseverancia" (representada por la Wei Minzhi) abre sus puertas a un mundo mágico, material, el mundo de los colores. No el de un gobierno comunista que está representado por el atraso y el paisaje agreste del campo, o por una burocracia intransigente (la recepcionista del canal). Es muy clara la posición del director ante la política de su país.
Más allá de que si uno esté de acuerdo o no con esta posición, el filme está cargado de poesía en imágenes. Los personajes están construidos desde la ingenuidad y la espontaneidad; la fragilidad se vuelve fuerza ante los espacios endurecidos. En conclusión, la manera de presentar la perspectiva del mundo que le tocó vivir al director, está justificada en cuanto logra una poética. Los personajes logran tocar el corazón del público que siente con ellos.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Llamada

Todo empezó esta misma tarde cuando sonó el teléfono; contesté… estaba contento de que me haya llamado; siempre me ha gustado escuchar su cálida y agradable voz, pero hoy, sin embargo, no era la misma; su voz había cambiado y sus comentarios fueron agrestes. Por un momento pensé que estaba hablando con otra persona, pero no. Era ella.
“¡Eres un al huevo mala gente!” gritó. No supe que contestar.
“¿Por qué ya no quieres verme?” preguntó. “¡Di que no quieres verme!” continuó.
Balbuceé algo sin sentido, trate de explicarle…, pero ella, sin escucharme dijo “¡chao!”, y luego nada, se había ido.